Tener unidad en la iglesia - pero ¿cómo? 

Filipenses 2:1-4

Nos encontramos con una lista de cualidades, que Dios ha regalado a la iglesia y Pablo se alegra y él alaba a los Filipenses porque ellos tienen estas características.

La palabra que se traduce con consolación en Cristo significa el tratar de ganar a una persona que está caminando mal y por lo tanto debe cambiar su ubicación y sus decisiones. También contiene el significado alentando. En Cristo soy redimido del pecado, soy un hijo de Dios, soy vencedor, tengo perdón del pecado, me espera la corona y una herencia duradera etc.

Pablo les alaba también por el consuelo de amor. Todos necesitamos vez tras vez consuelo de amor. Cuán agradable es cuando alguien me hace sentir, que está presente para estar conmigo en momentos difíciles. Un consuelo de amor puede ser, que yo visite a alguien que está pasando por enfermedad, que yo envíe un versículo por mensaje de texto o le llame por teléfono. Quiero dar a alguien un amoroso divino consuelo que lo aliente.

Después Pablo se alegra por la comunión del Espíritu. Un cristiano nacido de nuevo tiene el Espíritu Santo que obra en cada hijo de Dios y también en la iglesia. Dios nos ha dado el Espíritu Santo, para que él nos guie (Ro 8:14). El Espíritu Santo ha tomado posesión de mí; el me posee. El efecto de esto es entonces la comunión del Espíritu, que nos une. En la práctica es lo que hemos visto anteriormente, que nos exhortamos y consolamos unos a otros de una actitud, que es movida por nuestras vísceras, como escribe Pablo con las expresiones “afecto entrañable” y “misericordia”. La situación difícil de mi hermano debe despertar en mí una misericordia viviente. ¿Siento yo este afecto entrañable y misericordia? ¿O ha venido el momento, donde permito al Espíritu Santo que expanda mis horizontes para amar a las personas, a las cuales he evitado hasta ahora en la iglesia?

La meta de la petición completad mi gozo, Pablo formuló personalmente, es porque Pablo quiere fomentar la causa de Jesús. Pablo muestra con aspectos positivos y también negativos, como podemos completar el gozo también de Jesucristo.

Sintiendo lo mismo quiere decir estar enfocado en lo mismo. En la práctica significa eso primero: teniendo el mismo amor. El tener un cuerpo común de pensamiento no es suficiente para producir una unidad. Sólo el amor puede ser el puente entre dos personas. Así fue, cuando Dios cerró la brecha entre él y el mundo con su amor, enviando a su hijo por amor (Jn 3:16; 2 Co 5:19). El uso de la palabra amor muestra claramente, que no significa un afecto amistoso o una atracción erótica, sino es amor en el sentido de una dedicación sacrificado.

Para nosotros, el pensamiento está en la cabeza, pero el amor en el corazón. Al pensar vemos una expresión de la razón pero el amor es una expresión de la vida emocional. Y muchas veces tenemos una brecha entre el pensar y amar. Pero hay un puente que forma nuestra voluntad. Nuestras emociones por lo tanto, pueden cruzar el puente de la voluntad y dar forma a nuestra razón y viceversa. Porque el amor cristiano es dedicación, no puede tener lugar sin la voluntad. Por eso: ¿Quiero yo amar? Por eso sintiendo lo mismo y teniendo el mismo amor están en relación.

Esto se profundizará cuando Pablo escribe: unánimes, que es mucho más que una apelación al bienestar o a la comodidad y al buen trato con los demás. Como cristianos tenemos nuestra vida de una fuente común: Jesucristo (Fil 1:21). La fe cristiana es claramente contra el individualismo y no se trata de la realización personal, sino de dar su vida para los demás.

Pablo enfatiza esto: sintiendo una misma cosa. Deja en claro que no sólo giran en torno a una unidad de sentimiento, sino más que nada en torno a Jesucristo. Unidad en Cristo no es un lujo en la iglesia del cual podríamos prescindir. Unidad tampoco significa que debemos pensar en todos los aspectos lo mismo, sino que sentimos una misma cosa que ajustemos nuestras vidas a Jesucristo y que vivamos en su camino (Heb 12,2).

Ahora Pablo muestra lo que es contraproducente para esta unidad: Nada hagáis por contienda o por vanagloria. El motivo de mis acciones nunca debería ser el egoísmo o hacer algo para ser visto o para conseguir fama porque esto afecta destructivamente la unidad de la iglesia. Te pregunto: ¿Porque eres ujier, porque tocas un instrumento o cantas en el grupo de los músicos? ¿Porque eres maestro de escuela dominical, diácono o pastor? ¿Porque soy misionero? ¿Para que la gente te de fama? Si honestamente has llegado a la conclusión de que tu motivo es fama o vanagloria, ¡te felicito! No te felicito por tener tal motivo, sino por tu honestidad. Ahora tienes dos opciones: Tengo que decirte con toda seriedad, ¡renuncia a tu cargo!, porque para la unidad de la iglesia tu ayuda o servicio es contraproducente. La palabra de Dios me lleva a la obligación de decir eso, porque no debemos hacer nada por contienda o por vanagloria.

Pero hay una segunda opción, que es mucho mejor y deseo de todo corazón que elijas esta alternativa. El mismo Pablo nos enseña en este texto: antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. ¡Cambia tu motivo! Si eres ujier, músico o maestro de escuela dominical y por lo tanto estás en un foco, ¡haz tu servicio con humildad! Esta actitud une a la iglesia, también a pesar de la diversidad de personalidades. La palabra humildad significa literalmente una forma de pensar que es bajo. Una persona realmente humilde, tiene el correcto auto-conocimiento. ¡Humildad no es tampoco una falsa modestia! La verdadera humildad puede considerar al otro más importante que a sí mismo, a pesar de que él es el más débil y el más poco talentoso. Pablo por mucho no dice que debemos alabar al débil como un héroe y el que no puede gobernar ponerlo en un cargo difícil. Ciertamente no es que nos escapamos de la responsabilidad para aliviarnos del temor de tareas grandes porque se necesita la intervención completa. ¡Nunca!

Si Dios te ha dotado de un servicio, entonces lo debes lleva a cabo, pero con humildad: no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. La meta es, que mi vida sirva a la iglesia y a mis hermanos. Fuera de su contexto, este verso podría infundir mucho miedo. Es porque en el mundo no hay unidad, sino sólo el miedo el uno del otro y la defensa celosa. Pero en la iglesia tenemos comunión del Espíritu, que nos une y por eso tenemos un fundamento totalmente diferente. Pablo no quiere decir, de ninguna manera, que tengo que descuidar mis cosas, pero y que mis ojos vean los problemas y las necesidades de mi prójimo y que quede suficiente tiempo, fuerza y finanzas para él. Si cada uno actúa de esta manera, ninguno será olvidado y ninguno será sobrecargado. Luego alegre la armonía prevalece, entonces somos uno. 


32 años web s

Horario de Reuniones

 

Domingo 

Culto Dominical

  • Hrs. 9:00 a 11:30
  • Hrs. 10:30 a 12:30

Martes

Reunión de Mujeres

  • Hrs. 17:00 a 18:30

Oración y Estudio Bíblico

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Miércoles 

Reunión de Varones

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Jueves

Oración y Estudio Bíblico

  • Hrs: 19:30 a 21:00

Sábado 

Oración

  • Hrs: 17:00 a 19:00

Club OANSA (Niños) 

  • Hrs: 14:30 a 17:00

Reunión de Jóvenes

  • Hrs: 17:00 a 19:00

Reunión de Jóvenes mayores

  • Hrs: 19:00 a 21:00