LOS ESCOGIDOS Y LOS PREDESTINADOS

  

I.     ¿PARA QUÉ? PARA QUE SEAMOS SANTOS Y SIN MANCHA DELANTE DE ÉL.

Comparar 1Co 1:2; Ef 5.27; Col 1:21-22; Jud 24.

¿No es esto un motivo de gratitud de nuestra parte? ¿Cómo es posible que el propósito eterno se haya concretado en nosotros? Sólo podemos cumplir la parte que nos ha sido asignada: vivir en santidad. Santidad que él  mismo produce. Por esto y mucho más debemos vivir para el Señor.

En el NT, se enseña que el Padre es santo (Jn 17:11) y el Hijo es santo (Ap. 3:7), y el Espíritu es Santo (Mt 1:18; Mr. 1:8; Lc 1:15; Jn 1:33; etc.)

El carácter santo de Dios trae como consecuencia que nadie que tenga imperfecciones o pecados puede acercarse y relacionarse con él (Ro 3:23). Es necesario que antes sea santificado (He 12:14).   El Señor Jesús nos santificó muriendo en la cruz como un sacrificio por la culpa de los seres humanos y por la contaminación del mundo, He 10:10;

1Co 6:9-11. Por eso es que los creyentes somos llamados “santos” (Ef. 1:1; Fil 1:1; Col. 1:2).

A esa obra hecha por Cristo debemos responder  los creyentes, santificándonos  nosotros mismos. Esto es, dedicarnos, apartarnos para Dios. La Biblia enseña las dos cosas. Por un lado, los creyentes somos santos. Y debido a esa posición, debemos santificarnos.

Pablo exhortaba a Timoteo a evitar muchas cosas por su santificación “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor” (2 Ti 2:21). A los corintios escribió: “Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2Co 7:1). La santidad es algo que se busca y se sigue “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (He 12:14).

 

II.        ¿CUÁL DEBE SER NUESTRA RESPUESTA? Entonces, sabiendo que hemos sido escogidos para ser solamente de Dios, ¿cómo debe ser nuestra manera de vivir? Repito: 1Ts 4:3, 7; 2Ti 2: 19-22; He 12: 9-10,14; 1P 1:14-15.

Aspectos de la santificación:

1. Santificación posicional  desde el momento de la conversión (1Co 1:2; 6:11).

Dios ya nos santificó, nos apartó para sí mismo, nos purificó, nos consagró.  

2. Santificación progresiva, el diario crecimiento en gracia, llegando a estar más y más apartados para que Dios nos use (Jn 15:3; 17:17, 19; Ef 5:26).

3. Santificación final, glorificación, en el cielo, 1Ts 5:23.

Debemos creerle a Dios, por eso es que nuestra vida debe estar marcada por la santidad, o sea, entera consagración a Dios, vivir para Dios, Ex 28:36; 1Cr 16:29; Sal 29:2; 93:5 ¿Cómo es tu vida? ¿Está dedicada completamente a Cristo? ¿Cómo vienes aquí, a la Casa de Dios? Is 57:15; 2Co 7:1; Ro 6:19-23; Ef 4:23-24; 1Ts 3:13.  

¡Cristo ya lo hizo todo! Tienes asegurada la victoria final.

 

III.      EL ORIGEN DE LAS BENDICIONES ES EL AMOR DE DIOS

Dios es amor, y todo lo que hace, lo hace por amor.

      Nuestro amor hace discriminaciones: Ama lo que le interesa, y le interesa lo que le resulta conveniente o atractivo. “Te amo porque…” “Te amo si…” No así el amor de Dios, porque no busca lo suyo, “Te amo a pesar de…” Debido a que hemos sido objetos del amor de Dios, nosotros debemos usar ese amor para amar y edificar a otros, 1Jn 4:7-11.

 

      IV.     ¿PARA QUÉ? PARA SER ADOPTADOS HIJOS.

La elección es el señalamiento que Dios hace de individuos; la predestinación es para bendición.  Determinado antes, elección.

Predestinación   es marcar de antemano o determinar desde antes, Hch 2:23; 4:28; 1 Co 2:7; Ro 8:29-30; 9:10-21; Ef 1:11.  

Tanto la elección para ser “santos y sin mancha” como la predestinación a ser “adoptados hijos”, tienen para nosotros aspectos inexplicables. Ser “adoptados hijos” es el primer paso que Dios da para que seamos santos y sin mancha.

En el Nuevo Testamento la adopción denota un acto de libre gracia de Dios, por el cual, justificándonos por la fe, somos recibidos en la familia de Dios y constituidos herederos del patrimonio celestial. En Cristo Jesús, y mediante sus méritos expiatorios, los creyentes reciben la adopción de hijos, Ga 4:4-5.

Pero, además, no sólo somos adoptados, sino somos hijos nacidos de Dios, Jn 1:12-13; 3:3-8; Stg 1:18; 1P 1:3, 22-23; 1Jn 3:9; 3:1-3; 5:18.

 


32 años web s

Horario de Reuniones

 

Domingo 

Culto Dominical

  • Hrs. 9:00 a 11:30
  • Hrs. 10:30 a 12:30

Martes

Reunión de Mujeres

  • Hrs. 17:00 a 18:30

Oración y Estudio Bíblico

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Miércoles 

Reunión de Varones

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Jueves

Oración y Estudio Bíblico

  • Hrs: 19:30 a 21:00

Sábado 

Oración

  • Hrs: 17:00 a 19:00

Club OANSA (Niños) 

  • Hrs: 14:30 a 17:00

Reunión de Jóvenes

  • Hrs: 17:00 a 19:00

Reunión de Jóvenes mayores

  • Hrs: 19:00 a 21:00