EL CARÁCTER QUE JESÚS QUIERE EN NOSOTROS

EF 4:32

En lugar de las características anteriores, nuestro Señor nos dice que usemos tres virtudes que Dios nos dio: la benignidad (bondad), la misericordia y el perdón. Ellas describen el carácter regenerado del creyente y reflejan una disposición espiritual hacia los demás. La bondad y la misericordia son parte de la naturaleza de Dios y se expresaron en el perdón que Dios manifestó a los pecadores. Ahora, éstas deben ser usadas por el cristiano, cosas que demuestran la verdadera naturaleza del discípulo de Cristo.

1-Debemos ser Benignos (jrestós) útil (de actitud o moral):-bondadoso, bueno, fácil, mejor, generoso. [Afable (afectuoso, cordial), benévolo, piadoso. Templado, suave, apacible. DRAE]

Mt 11:30 (suave); Lc 5:39 (mejor); 6:35 (benigno); Ro 2:4; Ga 5:22; Col 3:12; 1P 2:3 (benignidad); Ro 3:12 (bueno); Ro 11:22(x3), 2Co 6:6, Ef 2:7; Tit 3:4 (bondad).

 

2-Debemos ser Misericordiosos (eúsplanjnos) muy compasivo, con simpatía, misericordioso. [Misericordia = Disposición constante del alma que inclina el ánimo a compadecerse de los trabajos y miserias ajenos. DRAE] 1P 3:8; Lc 6:36; Stg 5:11.

3-Debemos ser perdonadores (jarízomai) conceder como favor, i.e. gratuitamente, en bondad, perdón o rescate:-perdonar, entregar, conceder, dar.

 

I.-        ¿QUÉ QUIERE DECIR PERDONAR?

Larousse 2008: “Renunciar a castigar una ofensa recibida, no guardando resentimiento ni rencor.” Buena definición.

DRAE: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa. Levantar o alzar la pena, eximir o liberar de una obligación. O sea No volver a echar en cara la falta. 

El perdón es el acto deliberado de soltar completamente una ofensa, como si nunca hubiese existido. Es un concepto central de la fe cristiana.

 

A)        El perdón no es natural, no está en la naturaleza del ser humano.

El ser humano quiere castigar a las ofensas recibidas, quiere “cobrarse” lo que le han hecho. El perdón es una gracia, un regalo. Ej. habilitado HAM.

Alguien dijo “Errar es humano, perdonar es divino.” Y nosotros podemos perdonar porque tenemos la naturaleza divina.

B)        El perdón se origina solamente en Dios, está basado en el carácter de Dios. Él es un Dios de perdón, de gracia. Ex 34: 5-7; Ne 9:17; Sal 51:1; 86:5; 103: 8-14;  55: 7; Dn 9:9; Mi 7: 18-19; Mr 2:7; 1 Jn 1:9.

C)        El perdón de Dios a los hombres se da solamente por la muerte de nuestro señor Jesucristo en la cruz. Mt 20:28; 26:27-28; Ro 3:23-25; Ef 1:7; He 9: 22; 1P1: 18-19; 1Jn 1:7; Ap 1: 4-5.

¡¡El perdonar tiene un costo, costo que asume el que perdona!! Is 53: 3-6.  

D)        Cuando Dios perdona lo hace totalmente. Sal 103:12, Is 38:17; 43:25 (cf. Sal 51:1,9.) Jer 31:34; Mi 7: 18-19. Cuando Dios perdona, hace desaparecer completamente los pecados de los hombres. No vuelve a verlos ni a recordarlos más.

 

E)        Efectivamente Dios quiere perdonar a los hombres, y su perdón está disponible para todos los hombres, pero el hombre tiene que tener fe y arrepentirse para recibir perdón. Lc 24:46-47; Hch 2:38; 3:19. 

Todo lo anterior nos enseña mucho acerca del perdón entre los humanos:

 

a)         Podemos perdonar porque Dios ha derramado su amor en nosotros por su Espíritu que nos ha sido dado. (Ro 5: 5) ¡Tenemos el mismo amor que Dios tiene! Por eso estamos conminados a perdonar porque tenemos toda la capacidad  para perdonar. ¡Hemos sido hechos participantes de la naturaleza divina! (1P 1: 4; 1Jn 3: 2).

¡Un verdadero cristiano no puede vivir sin perdonar! Ej. Laura, no cristiana, pero religiosa.

b)         Somos hijos de Dios, por lo tanto, Ga 2:20; Fil 1:21; 1Jn 2:9-11; 3:10, 14; 4:7-8. No hay opción B. sólo podemos perdonar y amar. El fruto del Espíritu es ¡Amor!

Sólo el amor puede producir amor, por eso la evidencia de que somos de Dios es que amamos a los hermanos, eso implica perdón. 1Jn 4:16. El buen árbol produce buenos frutos. El no perdonar a otros indica que uno no ha comprendido la gracia de Dios, ni la naturaleza de su reino. Muestra que uno no ha experimentado el nuevo nacimiento, el de arriba.

c)         Si Cristo nos ha perdonado, también nosotros debemos perdonar a los que nos han ofendido. ¡Mt 18:32-33! Dios lo considera como siervo malvado. ¿No debías tu también tener misericordia de tu consiervo? indica un deber moral, un compromiso ineludible, de perdonar a otros. No es una decisión optativa.

¡Nos perdonó tanto! (1 talento = 6000 denarios. 10000 talentos = 60.000.000 de denarios, suma fabulosa, imposible de pagar. Tanto le perdonó el rey, y éste perdonado no pudo perdonar a su compañero que le debía ¡sólo 100 denarios! Este es el contraste que Jesús marcó entre las deudas que nosotros tenemos para con Dios y las deudas que otros tienen para con nosotros. Una hermana de la congregación dijo: “Si Cristo me perdonó tanto, ¿quién soy yo para no perdonar?”Nuestro Señor dijo: “Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6:36.) Mt 6:12; Col 3:13; Lc 17:3-4. 

d)        El perdonar tiene un costo, pero lo cargamos a nuestra cuenta cuando perdonamos. No se perdona así nomás. Dios para perdonarnos asumió el pago.

La disposición de perdonar a los que nos ofenden, es una muestra de que nos hemos arrepentido verdaderamente; porque el perdón a otros brota del perdón de Cristo hacia nosotros y debe ser concedido como Cristo lo hizo. Ef 4:31-32; Col 3:12-14. ¡Con cuánta justicia serán condenados los que llamándose cristianos, persisten en tratar a sus hermanos sin misericordia!

e)         Si Dios elige no recordar ni castigarnos por nuestros pecados, igual debemos hacerlo nosotros. Repito: Larousse 2008: Perdonar= “Renunciar a castigar una ofensa recibida, no guardando resentimiento ni rencor.” Ej. Esaú a Jacob, Gn 33:4; José a sus hermanos, Gn 50:15-21; Esteban, mientras moría apedreado, Hch 7:60.

Si no perdonamos, viviremos en sufrimiento, tormento, aflicción; quiere decir que el futuro nunca será agradable, viviremos angustiados, agobiados, torturados por nuestra conciencia. Mt 18:32-35.  Ej. Felipa S. siempre angustiada y afligida. 

Aplicación. 1) Como Cristo nos perdonó. Nuestro Señor no ha ido por todas partes divulgando nuestros pecados. Su Espíritu Santo nos convenció individualmente de pecado, de justicia y de juicio y nos perdonó. El modelo de perdón es Cristo. ¡No seas chismoso! 

2)         Debemos perdonar a nuestros ofensores, pero no decirles hasta que nos digan “perdóname”. Lc 17: 3-4. No debemos juzgar si son sinceros o no. Si les dices que los perdonas sin que te pidan perdón, pueden enojarse peor.

3) Probablemente no olvidemos, pero no volveremos a echarle la culpa. Mi 7:19.

4)         La persona perdonada no necesariamente cambiará su actitud, pero igual debemos perdonarla.

5) El perdonar no conlleva la obligación de restaurar inmediatamente al ofensor   a la misma posición que tenía antes de la ofensa.

Ej. Hermana que perdonó a su esposo violento, infiel y que le abandonó, pero no aceptó volver con él hasta ver si había cambio y arrepentimiento en su vida.

6) No perdonamos rectamente a nuestro ofensor si no lo perdonamos de todo corazón. Pero esto no basta; debemos buscar el bienestar hasta de aquellos que nos ofenden, Mt 5:43-45. El perdonar y ser perdonado “libera al que ofende del enojo, rabia o estrés prolongados que están ligados a problemas psicológicos o enfermedades cardiacas, presión alta, hipertensión, cáncer y otros problemas psicosomáticos.” 

7) Durante nuestra vida nos enfrentaremos a muchos conflictos con nuestro cónyuge, padres, hijos, jefes, antiguos jefes, personas que desean intimidarnos, enemigos, personas intolerantes a las razas y etnias, etcétera. Si permitimos que las ofensas nos gobiernen, entonces se convertirán en resentimiento, y el resentimiento en amargura y luego en ira hasta que un día explosionaremos y heriremos a alguien más. 

¿Cómo quieres vivir tú? Si has experimentado el perdón de Cristo, entonces no te queda otro camino que perdonar. No importa lo que te hayan hecho, cuánto te hayan herido. Recuerda cuánto te perdonó Dios a costa de la sangre de su Hijo.

8)         Si no perdonamos, si no soltamos la ofensa, nos torturaremos y nos volveremos amargos. He 12:15. El que no perdona, el que no suelta la ofensa recibida, se amarga y amarga a otros. Cuando “soltamos” al ofensor experimentamos paz y nosotros mismos nos soltamos de la amargura.

9)         Si no perdonamos, no experimentaremos el perdón de Dios, Mt 6:9-15.

Si todavía no te has acogido al perdón de Dios, arrepiéntete de tus pecados ahora mismo, pídele el perdón de ellos por la sangre de Jesucristo y recibe la vida eterna aceptando a Jesucristo como tu único Señor y Salvador. Aprenderás a llevar tus cargas y amarguras a Jesucristo y al conocer el perdón que él te da aprenderás a perdonar a los que te hicieron daño y serás librado de la amargura del alma: el odio.


Imagen Pagina web 33

Horario de Reuniones

 

Domingo 

Culto Dominical

  • Hrs. 9:30 a 12:30

Martes

Reunión de Mujeres

  • Hrs. 17:00 a 19:00

Estudio Bíblico

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Miércoles 

Reunión de Varones

  • Hrs. 19:30 a 21:00

Sábado 

Club OANSA (Niños) 

  • Hrs: 14:30 a 17:00

Reunión de Jóvenes

  • Hrs: 17:00 a 19:00

Oración

  • Hrs: 16:00 a 19:00

Reunión de Jóvenes mayores

  • Hrs: 19:00 a 21:00