La última palabra la tiene Dios

2 Tesalonicenses 6-10

La iglesia en Tesalónica se mantuvo firme, crecieron en fe, amor y paciencia, y eso a pesar de la persecución tremenda. De los versos 6 al 10 aprendemos que Dios se da cuenta del sufrimiento de sus hijos. Llegará el momento en el que Dios castigará a los opresores y dará un eterno descanso a sus hijos. La última palabra la tiene Dios. El justo juicio llegará.

Dios retribuye a los opresores y los oprimidos

Del versículo 6 al 7a vemos que Dios retribuye a los opresores con tribulación y dará descanso a los afligidos. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros.

Dios retribuye a los opresores y los oprimidos. Los tesalonicenses vivían bajo la opresión y la persecución por su fe. Incluso hoy en día, millones de personas viven aún bajo esas condiciones. No aquí en América del Sur o en Europa Occidental, pero en partes de África, China, Corea del Norte, etc. Ellos están oprimidos, familias son separadas, son maltratados cruelmente, son encarcelados y, a menudo torturados hasta la muerte. El hombre bajo el dominio de Satanás es cruel.

Dios paga con tribulación a los que os atribulan. Atribular significa aquí padecer persecución. Aunque en Bolivia no tenemos persecución, el texto tiene un mensaje de alta importancia. Nuestra vida tiene una salida dual. Dios decidirá un día, si es justo recompensarte con angustia o con descanso. Dios tiene la última palabra y lo que es justo, será plena realidad. Esto puede asustar o llevar a la paz. Para los hijos de Dios, esto es un gran consuelo. Dios retribuye un día justamente y lo pondrá a luz adecuada.

Un grupo de personas se verá recompensado con la angustia y el otro con el descanso. No habrá un tercer grupo, ni habrá cambio entre los grupos en aquél día. Aunque Pablo no utiliza las palabras cielo e infierno aquí, sin embargo, a esto él se dirige y es claro por el contexto. Vamos a pasar nuestra eternidad o en el cielo o en el infierno. Y eso sí es un asunto muy serio. Dios castigará a los opresores con el infierno. Ellos son personas que actúan en contra de la voluntad de Dios y en contra de Sus hijos. En la santa justicia de Dios, Él recompensará a todos los hijos de Dios con el cielo.

Nosotros, como hijos de Dios, no debemos tomar venganza contra los opresores. Dios es el que hablará el justo juicio (Romanos 12:19).  

El tiempo de la recompensa

Versos 7 y 8: cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego. Pablo habla aquí de la manifestación del Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, que será visible para todos. Entonces Pablo no habla aquí del rapto, sino de su segunda venida. La Biblia habla en varios lugares de la segunda venida.

Por ejemplo Mateo 16:27 o Mateo 24:30: La segunda venida de Jesucristo será visible, además vendrá Jesús con poder y gran gloria, acompañado por sus ángeles y empezará el tiempo del juicio. Jesucristo se manifestará en llama de fuego. El fuego es un símbolo del juicio.

¿Cuándo pasará esto? La Biblia oculta la hora. Además no sabemos tampoco, cuántos días más tenemos la vida. Por eso espero yo a Jesús hoy, y vivo hoy de tal manera que no tengo nada en contra de nadie. Porque solamente así estoy preparado para encontrarme con Dios.  El juicio de Dios aún está por venir.

Jesús, que sufrió por nosotros en la cruz del Calvario, murió y luego resucitó al tercer día, él te concederá el perdón. ¿Tienes un corazón limpio ante Dios y todos los hombres? ¿Tienes el perdón de tus pecados? (Juan 3:18). Dios juzgará tu vida una vez de manera concluyente, pero de qué manera, esto tienes tú mismo en tus manos y la consecuencia tendrás que llevar también personalmente. 

La forma de la retribución

Ocupémonos en primer lugar con ese grupo que no ha aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Vers. 8: para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Por eso, te pregunto: ¿Conoces a Dios? Conocer a Dios significa tener una relación personal con Jesucristo, ser un hijo de Él. No significa solamente tener un conocimiento superficial de su existencia, como por ejemplo a Evo Morales.

Ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. El cristiano vive de acuerdo a la Palabra de Dios y le obedece. ¿Vivo yo de acuerdo a la Palabra de Dios? Por ejemplo 1 Tesalonicenses 5:13 (tener paz) o Juan 15:12 (amar al prójimo). 

¿Qué sucede con personas que no conocen a Dios ni son obedientes a su Palabra?: los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. Pablo explica aquí con más detalles, de lo que mencionó brevemente en verso 6: pagar con tribulación a los que os atribulan. Pagar con tribulación significa por un lado sufrir pena de eterna perdición y por otro lado estar excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.

Estar en el infierno será una pena eterna y un sufrimiento insoportable (Mateo 22:13). Nuestro "no" a Dios no es inofensivo, es el divorcio obstinado de la vida y por lo tanto la totalidad de la muerte eterna. Y una dimensión más: estar excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. Parece que Dios retira su presencia y la gloria de su poder y a continuación, entrega esa gente al terrible reinado y al bullicio de Satanás en el infierno. ¡Horrible será! ¡Terrible!

Pero hay un segundo grupo humano. Verso 10: cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros). En los verdaderos hijos Jesús será glorificado y admirado en ese día.

La gente temblará en el infierno por la crueldad de Satanás; las personas en el cielo se sorprenderán de la gloria de Dios y de Jesucristo. Se dará lugar a una profunda admiración de Dios y Jesucristo. El cielo debe ser un lugar de una gloria inimaginable. Les espera a los hijos de Dios algo tan único, que ningún ojo ha visto nunca, para estar siempre en la presencia de Dios.

Así que el cielo es el lugar, donde los hijos de Dios estarán para siempre. ¡Qué contraste con el infierno! Estimado lector, ¿dónde pasarás tu eternidad? La Biblia es muy clara y se decide aquí en la tierra, en esta tu vida, acerca de tu futuro eterno. Dios hizo posible en su Hijo Jesucristo que no tengamos que ir al infierno. Porque así dice Juan 3:16. Si todavía no has dado este paso en la fe a Jesús, te invito de todo corazón: ¡Elije el camino al cielo! para que te conviertas en un hijo de Dios. Es un paso que necesita valentía, pero que va a decidir todo tu futuro eterno entre el cielo y el infierno.


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