MT 27: 45-46 EL GRITO DE ANGUSTIA DE DIOS

Este texto narra un hecho sobrenatural, pero histórico a la vez: LA MUERTE DE DIOS.

Aquí, en un sentido espiritual, debemos descalzarnos y con humildad penetrar en territorio santo.

 

I.         V. 45.  LAS TINIEBLAS. La oscuridad comenzó al medio día. No se trataba de una nube de niebla que cubriese la luz del sol, sino de sombras intensas que cayeron sobre la tierra.

Los humanistas liberales que no creen en la inspiración divina de las Escrituras dicen que fue un eclipse. Pero no podía tratarse de un eclipse de sol, primero por la extensión, tres horas, y, sobre todo, porque en luna llena no puede producirse eclipse de sol. (Nm 10:10; 28:11; 1Sm 20:5, 18; 1Cr 23:31.)

Otros, dicen que hubieron grandes nubarrones de alta densidad que producen una notable disminución de la luz del sol.

Otros procuran encontrar explicación a un repentino viento procedente del desierto portador de polvo de arena que oscurece la luz del sol.

Pero, en ninguna de estas propuestas cabría el intenso término de Mateo que habla de tinieblas, durante tres horas.

No cabe otra explicación que la acción sobrenatural de Dios que cubrió con un velo de oscuridad el momento cumbre de la Cruz. De esa manera se velaba a los ojos de los hombres la gran “hora de las tinieblas”, en donde el Hijo sufría el desamparo del Padre a causa del pecado de los hombres.

Cuando Jesucristo, la luz del mundo, entró en la historia de los hombres, una estrella brillante anunció su nacimiento (2:2). Cuando Jesús sufría la muerte por todos, es natural que el sol brillante diese paso a las tinieblas.

Esta repentina aparición de las tinieblas sobre el Gólgota sirvió de manifestación divina a los insultos y burlas de quienes le injuriaban. Dios respondía mediante el milagro de las tinieblas a la afirmación sarcástica de aquellos, confirmando delante de todos que verdaderamente quien estaba en la Cruz era su Hijo amado.

 

La oscuridad en la Biblia significaba juicio. Is 5:25, 30; 60:2; Jl 2:30-31; Am 5:18-20; Sof 1:14-15; Mt 8:11-12; 24:29-30; Hch 2:20; 2P 2:17; Ap. 6:12-17.

En el tiempo del Éxodo vino como señal de juicio sobre la tierra de Egipto Ex 10:21-22.

En el momento de la Cruz, el juicio de Dios estaba descendiendo sobre el Salvador a causa de nuestros pecados. Jesús estaba sufriendo el desamparo y recibiendo sobre Él la maldición por el pecado que nos correspondía.

El Hijo de Dios estaba experimentando sobre él la angustia propia de una situación de alejamiento de Dios, no por sus pecados, sino por los nuestros.

En su posición en la Cruz hay una imagen admirable de la situación que espiritualmente estaba soportando: Levantado entre la tierra y el cielo, como rechazado por los hombres y desamparado por Dios.

Es tan difícil entrar en esta dimensión espiritual de lo que estaba ocurriendo, que parece que Dios mismo quisiera hacer una advertencia de cautela, respeto y limitación, que rodeó con tinieblas el momento cumbre de la redención del hombre, en donde se estaba resolviendo la situación penal del pecado y abriendo en Cristo y por Él la puerta de entrada al perdón pleno del pecado y de la vida eterna.

Los sufrimientos del Crucificado no eran sólo del cuerpo, sino también del alma y del espíritu; pero no sólo en el plano de lo humano, sino también de lo divino, pues no puede dejar de ser Dios manifestado en carne ni un solo instante.

Ni aun en la cruz Jesucristo dejó de ser Dios. ¡Grande y profundo misterio!

AP. ¿Cómo es tu vida? ¿Estás todavía en tinieblas bajo el juicio de Dios?1Jn 2:9-11; 3:14>1:5-6.

¿No te conmueve lo que pasó el Señor para librarte de la cruz que merecías tú padecer?

Arrepiéntete de tus pecados, confiésalos al Señor y acepta la salvación que gratuitamente él te ofrece por medio de su cruz.

 

II.     V. 46. EL GRITO DE ANGUSTIA. Este es el texto que describe y descubre el momento cumbre de la Cruz. Nada se dice por parte de ninguno de los evangelistas qué ocurrió durante las tres horas de tinieblas. La Biblia calla sobre lo que ocurrió allí.

Durante el tiempo de las horas de tinieblas, el Salvador entró en el mayor de los sufrimientos espirituales, con una intensidad propia del infierno.

- Tres aspectos son absolutamente ciertos en todo el tiempo de la Cruz:

a) Jesucristo nunca perdió su santidad esencial. Esto es, el pecado que llevaba sobre sí en el madero (1 P. 2:24), nunca le contaminó personalmente; de manera que quien moría en la Cruz era tan santo en el tiempo de su sacrificio, como lo fue en la eternidad, de cuya santidad proclaman en rendida adoración los querubines, Is 6:1-3> Jn 12:36b-41.

b) Jesucristo nunca perdió el amor del Padre, lo tuvo eternamente, (Mt 3:17).   Aún más, el Padre le amaba porque ponía voluntariamente su vida por las ovejas, Jn 10:17; el sacrificio de la Cruz era agradable a Dios por ser de disposición divina, 1P 1:18-20.

c) Sin embargo, en las tres horas de tinieblas, el Padre lo desamparó, haciendo que el bendito Salvador experimente una situación espiritual a la que jamás ser alguno ha llegado.

Las tinieblas ocultan a los ojos de la creación, el sufrimiento de Jesucristo, el Creador (Jn 1:3; He 1:2-3) que estaba experimentando el abandono del Padre a causa del pecado del mundo.

¿Quién puede comprender lo que está pasando en la cruz? ¿Qué mente humana por más brillante que sea lo puede comprender? Lo que ocurre aquí es de tal dimensión, que Lutero dijo: “Dios, desamparando a Dios, ¿quién podrá entenderlo?”.

Ap. Aunque es imposible conocer totalmente a Dios, él nos pide que lo conozcamos cada vez más. Jn 17:3; Col 1:10, 2:2-3; Jer 9:23. ¿Pasas todo el tiempo posible conociendo al Padre  en Jesucristo? Se nos demandará lo mucho que se nos ha dado.

MATEO 27:15-25

Primera parte

UN JUICIO INJUSTO PARA UN JUSTO

Introducción

Estos próximos versículos nos mostrarán el escarnecimiento de un pueblo lleno de ira y odio. Como un lobo atacando al cordero indefenso

Queridos hermanos encontramos aquí una actitud totalmente ultrajante y violenta del pueblo,          presionando, obligando al gobernador a que  crucificase  a Cristo.

Los principales sacerdotes alentaban al excitar a las turbas, los cuales ganaron una causa, que de otro       modo jamás habrían ganado

1.- Prefirieron a un ladrón Barrabas, antes que Jesús el justo.

2.-Vemos al gobernador para contentar a los Judíos en la fiesta de la Pascua y la maldición sobre ellos

3.-Dios utiliza lo bueno y lo malo, en su misericordia.

 

PASCUA

Lv 23:6

1.- Prefirieron a un ladrón Barrabas, antes que Jesús el justo 

v.15 El preso que, en esta ocasión entro en competición con Jesús, Barrabás a quien le decían un preso    famoso.

v.16 Este preso Barrabás acusado por un prontuario, traición homicidio y felonía eran los tres crímenes     que con mayor rigor pesaban.

Juan 18:40 Lucas 23:19

v. 17 La propuesta lo hizo el propio gobernador ¿a quien  queréis que os suelte?

Pilato podía usar su autoridad pero no fue valiente como era su deber.

Juan 12:43 Pero la respuesta del pueblo, inesperada. Pero el vuelve preguntar ¿que pues haré de Jesús     llamado el Cristo?

v.22 Pilato como hubiera querido poner en consideración ante el pueblo que este Jesús era considerado      por algunos como el Mesías.

v.18 Saben Hermanos no era la culpabilidad de Jesús sino precisamente su bondad lo que provocaba su    procesamiento.

V.19 Querido hermano obsérvese la especial providencia de Dios al enviar a la esposa de Pilato tales         sueños.

Quizás era una mujer devota y tenía cierto sentido de religión.

V.19 no tengas nada que ver nada con ese Justo.

Sus propios discípulos tenían temor de presentarse en defensa suya.

Es un ejemplo de nuestro amor por nuestros parientes y amigos.

V.20 Persuadieron a la multitud que pidiesen a Barrabás y que diesen muerte a Jesús.

De este modo manipulaban a las masas, estos líderes tenían una fuerte influencia de maldad y del poder,   EL PAÍS DE BOLIVIA

2.-Vemos que el gobernador para contentar a los Judíos en la fiesta de la Pascua y la maldición       sobre ellos

V.21 ¿a cual de los dos dijo Pilato – queréis que os suelte? Para su sorpresa dijeron a Barrabás con la       perversidad más horrible, locura y envidia.

Esto mismo  Pedro le echó en cara después

Hechos 3:14

V. 22- Este tipo de muerte era lo más vergonzoso.

Realmente que cambio tan grande y tan breve en la mentes de este populacho

EL PRINCIPIO DEL JUICIO ROMANO

Mt 27: 11-14. Vamos a leer el mismo evento en Jn 18: 28-37.

Jn 18:28. Nuestro Señor ha estado despierto toda la noche herido por los judíos. Ahora en la mañana lo llevan donde Pilato, el gobernador romano, para que éste dé la sentencia definitiva para asesinar a Jesucristo. ¿Cómo eres tú? ¿Tratas de buscar apoyo en otros para hacer algo malo? Ex 23:1-2.

¡Qué hipócritas estos religiosos! No querían contaminarse con los romanos, pero no tenían ningún reparo en contaminarse con la sangre del único Justo. (cf. Lv 11:43; 20:25). ¡Nunca dijo Dios que un judío se contaminaba con personas!

¡Se preocupaban por la Pascua= libertad; y condenaban a un inocente!

Se inventaban leyes que quebrantaban cuando les convenía.

Jn 18: 29-30. “Malhechor” = delincuente, maleante.

Jn 18: 31-32. “Para que se cumpliese…de qué muerte iba a morir.”

Los judíos podrían apedrearlo, como lo hicieron con Esteban después, pero tenían que llevar a Jesús a los romanos para que muriese en la cruz cumpliendo una profecía.   Ellos no lo sabían, pero estaban cumpliendo la profecía acerca de su muerte, Sal 22:16. Sólo la ejecución romana podía cumplir la profecía.

El mismo señor Jesucristo predijo su crucifixión, Mt 20:18-19.

Cada profecía de la Biblia se cumple. Si el Señor dijo que volverá a juzgar a los vivos y a los muertos, así será. ¿Estás preparado para su venida? ¿Jesucristo es ya tu señor y salvador?

Mt 27: 11. Jesús afirma ser rey de los judíos, y lo es. 2:2; 21:1-5.

Mt 27:12-14. ¡Qué dominio propio de nuestro Señor! No dice nada ante sus acusadores para darnos ejemplo de conducta, Is 53:7; 1P 2:21-23. ¡Muchos de nosotros no toleramos nada! ¡Qué lejos estamos de nuestro Señor! Nos dicen algo que no nos gusta, e inmediatamente respondemos venenosamente. ¡Cómo sufrirá nuestro Señor! 

¡Jesucristo es Santo!1P 1:14-16.

¡Alguien nos ofende y no queremos perdonar!   Mt 6:14-15.

(Mt 18:23-35) Si Dios nos ha perdonado toda nuestra maldad, ¿cómo no podremos perdonar a los que nos ofenden? Ef 4:31-32;  1Jn 3:14-15.

Miremos a nuestro Señor e imitemos su ejemplo en toda nuestra vida.

Debemos aprender a saber cuándo hablar y cuándo callar, (Ec 3:7). Pr 10:19; 17:27-28.

Resumen y aplicación:

1. Nunca hagas cosas que están en contra del amor y de la Palabra de Dios.

2. No te dejes llevar por el odio.

3. Acude solamente a Cristo para lavar tu pecado, no a la religión, 1Jn 1:9; Pr 28:13.

5. Reconoce siempre que Jesucristo es Reye de reyes y Señor de señores, y que en cualquier momento regresará en gloria para salvar a los suyos y para condenar a los pecadores.

6. Sigamos el ejemplo de Cristo de no tomar venganza por nosotros mismos, ni de responder con maldición a los que nos maldicen, sino de encomendar nuestra causa a Dios, quien es el único que juzga

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