¡Examínate!

Gálatas 5: 19-26

 

Debemos leer la Biblia con mucha atención para no confundirnos, por ejemplo:

1. ¿QUÉ QUIERE DECIR LA PALABRA “CARNE”?

A)  En el Antiguo Testamento:

a) Se refiere al componente principal del cuerpo, humano, Gn 40:19 o animal Lv 6:27.    

b) Por el uso, llega a significar todo el cuerpo, Pr 14.30

c) También significa el hombre en su totalidad,  Sal. 16.9.

d) Otro uso es para la unión de un hombre y una mujer que son “una sola carne”, Gn 2:24. e) Se usa también para designar  parientes “yo soy hueso vuestro, y carne vuestra”, Jue 9:2.

f) También designa a la humanidad, “toda carne”, Gn 6:12.  

 

B) En el Nuevo Testamento tiene los mismos significados del AT. Además:

a) Habla de la debilidad del ser humano,  Mt. 26.41.

b)  La carne denota la personalidad depravada del hombre, nuestra naturaleza pecaminosa, que está organizada para la autosatisfacción de él, mismo, y dirigida a cosas puramente terrenales en lugar del servicio para Dios, Ro 7:18; Ef 2:3. 

c)  Los que son dominados por ella piensan en ella, Ro 8:5-8. No son de Cristo.  

d)  La carne, naturaleza pecaminosa, produce pecados, Mr 7:17-23. 

e)  Es enemiga de Dios, Ro 8:7 y se opone a Su Espíritu, Ga 5:17.

f)  Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios, Ro 8:8.

g)  El ocuparse de la carne es muerte, Ro 7: 5; 8:6. “Siembra un pensamiento y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino.”

h) La religión no sirve porque trata con lo externo, ritos, etc., pero no tiene poder para transformar al pecador, Ro 8:3a; Ej. Mr 7: 1-15. Ej. volar, y justicia de Cristo, Ro 8:3b.

 

2. LAS OBRAS DE LA CARNE SON NOTORIAS. A partir de este momento hablaremos de las obras de la naturaleza pecaminosa que no se las puede ocultar. 5:19-21.

Pablo menciona algunas, no es una lista exhaustiva.

01) (Adulterio) y fornicación. Gr. porneia. Inmoralidad sexual. Todo lo que es moralmente reprobable y pecaminoso en las relaciones de intimidad sexual, tales como prostitución, pornografía,   etc.

02) Inmundicia, Gr. Akatarsia. Toda suciedad física y moral, impureza, pecados groseros. La manifestación de toda la concupiscencia del corazón, pensamientos corruptos, Mt 5:27-28.

03) Lascivia. Desenfreno moral. Perversiones sexuales. Disoluciones, Ro 1:24. Los corazones insensibles a la voluntad de Dios son sensibles a las pasiones pecaminosas. Práctica del pecado más aberrante. Aquí pueden incluirse las prácticas homosexuales.

04) Idolatría. Gr. Eidolon y latreia. Servicio a los ídolos. Adoración a dioses falsos en lugar de hacerlo al Dios único y verdadero. En realidad se rinde culto a los demonios, 1Co 10:19-20. Ro 1: 22-23.

Se produce en los creyentes cuando cualquier cosa está en primer lugar ocupando el lugar de Dios; por eso la avaricia es idolatría, Ef 5:5.

05) Hechicería, Gr. Farmakeia, donde se expenden drogas. Se usaban alucinógenos. Es la sustitución del poder divino por otro humano.

06) Enemistades, pl. Odio, resentimiento interior hacia otro. Convierte al prójimo y al hermano en enemigo personal. Destruye la relación entre creyentes en las iglesias. Cp. Lc 6:27-28, 35. 1Jn 3:14-15.

07) Pleitos, disputas, discordias o contiendas. Hostilidad abierta.  Discusiones violentas, donde no hay amor. Es el detonante para las peleas.

08) Celos. No tiene siempre el sentido pecaminoso; a veces se usa en la Biblia para describir al sincero compromiso con Dios y su gloria, Ej. Finees, Nm 25:11, 13; Elías, 1R 19:10, 14. Ver siempre el contexto para determinar el sentido.

09) Iras, furor, ardor. Expresión violenta de las enemistades. Proceso: rencor íntimo > celos > arrebatos de ira.

10) Contiendas, divisiones, rivalidades, intrigas. Ambiciones personales. Son obras perversas, Stg 3:14-16. Este comportamiento que busca el conflicto, es el habitual de los que provocan conflictos en las iglesias buscando seguidores que apoyen al contencioso.

En Pr 21:9, 19; 25:24; 27:15-16, contenciosa, rencillosa, peleadora.

11) Disensiones, divisiones, sectarismos, desuniones, sediciones, herejías. División consumada. 

12) Envidias, deseo de algo que uno no tiene, pero lo tiene el prójimo. Sentimiento de disgusto ante la prosperidad ajena, Ec 4:4. Ej. Hch 7:9. Siempre es mala, Mt 27:18; Ro 1: 28-29; Tito 3:3.

La envidia es un peligro potencial para el envidiado, Pr 27:4; Gn 30:1.

Este pecado ha causado grandes estragos en la obra de Dios. Ej. Datán, Abiram, Coré contra Moisés y Aarón (Nm 16; Sal 106:16-18). Grandes maestros han caído por envidia de otros.

También es para autodestrucción, Job 5:2; Pr 14:30.

La Palabra de Dios y la confesión nos limpian de toda maldad1P2: 1-2.

13) Homicidios. Es la consecuencia natural de la envidia, puede ser literal o potencial, Mt 5:22, íntimamente desea la desaparición del envidiado.

14) Borracheras. Ampliamente aceptada por la mayoría de nuestro país. Para la iglesia: 1Co 5:11. No se refiere a beber algo de vino, 1Ti 3:3; 3:8; Mt 11:19.

15) Orgías. Desenfrenos, excesos; práctica del pecado en el más alto grado.

16) cosas semejantes a estas. No es una lista completa de obras de la carne, pecados, sino que hay otras cosas semejantes.

Toda esta enseñanza es doctrina y regla de ética cristiana.

3. CONSECUENCIAS DE LAS OBRAS DE LA CARNE, 5:21.

Ninguna persona inmoral, impura, rencorosa, perversa, tiene herencia en el reino de Dios porque quien practica regularmente estos pecados no es hijo de Dios. No se trata de una caída ocasional que confesándola restaura la comunión con Dios, 1Jn 1:9.

Se trata de la práctica habitual del pecado, 1Jn 3:6-10.

Somos salvos por gracia de Dios que la recibimos por la fe, pero la gracia transforma, Stg 3:17-20.

La religión no sirve porque trata con lo externo, ritos, etc., pero no tiene poder para transformar al pecador, Ro 8:3a; Ej. Mr 7: 1-15. Ej. de volar, y justicia de Cristo, Ro 8:3b.

Para no andar en la carne debemos ser transformados por la Palabra de Dios, Ro 12:2. Examínate para ver cómo estás, 2Co 13:5.

¿Eres libre?

Gálatas 5:13-18

A través de los estudios anteriores se ha mencionado varias veces la palabra circuncisión, pero creo que hasta ahora no se ha dado una explicación de esta palabra.

 

¿Qué es la circuncisión? Gn 17: 9-14.

1. Es el acto de cortar el prepucio del miembro sexual varonil.

2. Señal del pacto hecho con Abraham y sus descendientes. Debía realizarse a los 8 días de nacido el bebé.

3. Para un hebreo, rechazar la circuncisión significa rechazar el pacto de Dios con Israel.

 

¿Qué representa?

1. Físicamente es importante para evitar la transmisión de las bacterias y enfermedades a las esposas.

2. Es un símbolo de la necesidad que el corazón sea limpiado completamente de la enfermedad mortal del pecado, sacar fuera la carne. Col 2:11.

3. Es en el corazón (espiritualmente hablando) donde debía realizarse la verdadera cirugía, donde Dios quiere quitar las cosas carnales que impiden la devoción exclusiva a Él.  Dt 10:16; 30:6. La carne, la naturaleza pecaminosa del hombre, evita y obstaculiza la fe verdadera en Dios y en hacer Su voluntad.

4. Dios seleccionó el órgano reproductor para representar la necesidad de limpieza del pecado en todos los seres humanos, porque este órgano  es el instrumento más indicativo de la depravación de la humanidad, ya que por medio de él el hombre reproduce generaciones de pecadores. (Por eso nuestro Señor Jesucristo nació sin intervención varonil.)

5. No es para los cristianos (Concilio de Jerusalén, Hch 15: 1-31). Ga 5:2-3, 6; 6:5).

Ahora sí, vamos al tema de hoy.

Leer Ga 5:13-18

¡Libertad! Qué palabra, y cuánto expresa. Es el grito que resuena por todo el mundo.  Pueblos se matan entre sí por esta palabra. Ej. Revolución francesa, 1789, Libertad, igualdad y fraternidad. Terminó en miles y miles de muertos e injusticias.

Nuestro himno nacional expresa y repite “morir antes que esclavos vivir.”

No vayamos tan lejos: en las familias esposos rompen su pacto y abandonan a su esposa e hijos por la tan ansiada libertad: “Quiero ser libre, quiero mi libertad”. Etc., etc.

Hijos dejan el hogar porque sus padres “cortan su libertad”, y después se encadenan a vicios, personas acciones que les esclavizan, (2P 2:19).

Ga 5:1, Cristo nos libertó para que vivamos en libertad.  NVI.

 

I.  La libertad sólo se obtiene por Jesucristo, Jn 8:32, 36: “conoceréis la verdad,    y la verdad os hará libres.  Así que,  si el Hijo os libertare,  seréis verdaderamente libres.”

a) Es necesario nacer de nuevo, de lo alto, por obra Espíritu Santo, para poder tener verdadera libertad, 2Co 3:17.

Si tú no has nacido de nuevo, no podrás ser verdaderamente libre. Cree, confía, en el Señor Jesucristo.

b) Jn 8: 31, Jesucristo es la verdad.  Permanecer en la Palabra de Jesucristo nos hace sus discípulos y nos lleva al conocimiento de la Verdad, Sal 86:11.

c) Ahora bien,   los que hemos nacido de nuevo ya somos libres. Libres del pecado para obedecer a Dios. ¿En verdad tú eres libre?

II. La libertad debe ser usada para servir al prójimo. Ga 5:13,

a) Por amor, Ga 5:13 NTV, “Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad. Pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor.”

Es necesario aquí, leer 1Co 13. (Cap. 12, descripción de los dones; Cap. 14 uso de los dones; aquí cómo usarlos.)

b) Libertad no es libertinaje, ni licencia para pecar.

Nunca para autosatisfacerse. No es para provecho propio. Ej. Jesús nunca utilizó sus poderes para provecho propio, Mt 4:2-4, pero sí para provecho de los demás, Mt 14:14-21.

 

III. La ley de Dios es una expresión del amor y del cuidado de Dios. Ga 5:14-15.

a) El cumplimiento de la ley es el amor, (terminar, llenar, completar). Mr 12:28-31; Ro 13:8-10. Primero el amor a Dios, luego el amor al prójimo. Pero es imposible hacerlo si una persona no tiene al Espíritu Santo morando en su vida.

b) Las peleas y rivalidades jamás vienen por el amor. Ga 5:15. ¡Todo lo contrario!

1Co 3:3; (6:1-7).

 

IV. Debemos vivir en el Espíritu y no en la carne. Ga 5:16-18. Obedeciendo a la Palabra de Dios que ha sido inspirada por el Espíritu Santo, Col 3:16.

Una persona puede elegir qué hacer, pero no puede escoger las consecuencias.

Vivir según la carne, es vivir sin control, haciendo lo que la persona quiere,  lo que el mundo quiere. Vivir en el Espíritu es vivir obedeciendo al Señor.

El Señor Jesucristo nos enseña estas dos maneras de vivir, y sus respectivas consecuencias.

- La puerta estrecha vs la puerta ancha. 

- El camino angosto vs el camino ancho (esto habla de un estilo de vida.)  Uno lleva a la vida abundante, el otro lleva a la perdición.

- El buen árbol vs mal árbol. Los frutos muestran la naturaleza del árbol. El buen árbol no puede producir malos frutos, y el mal árbol no puede producir buenos frutos.  

- No todo el que dice Señor, Señor vs el que hace la voluntad de Dios. Es más fácil ser religioso (cosas externas) que dejarse transformar por el Señor.

- La casa edificada sobre la roca, es el que oye y hace la Palabra de Dios vs la casa edificada sobre la arena, que representa al que sólo oye la Palabra de Dios.  .

a) El Espíritu Santo y la carne (la naturaleza pecaminosa) se oponen. V 17.

Ro 8:1-11; 1P 2:11. Es una lucha sin respiro, feroz, que tiene cada hijo de Dios. ¿De qué te alimentas más? ¿En qué piensas más? ¿En las cosas de la carne o del espíritu? Al tolerar “cosas pequeñas que no hacen daño”, nos volvemos cada vez más insensibles al pecado y poco a poco somos tragados por el mal, aunque no se note todavía. No juguemos con nuestra salvación.  Hay tres cosas con las cuales nunca deberíamos  jugar: Un poco de veneno, un poco de doctrina falsa y un poco de pecado.

Tú decides quien controla tu vida, pero no podrás controlar los resultados.

 

b) Si vivimos guiados por Espíritu Santo, no hay ley que nos condene.

Guiar, también obedecer, llevar, conducir.

Ojo, muchos citan Ro 6:14 como libertad para vivir como mundanos. No es así. Leamos otra vez Ga 5:18.

 

CONCLUSIÓN. ¿Eres realmente libre del pecado? De cierto,  de cierto os digo,  que todo aquel que hace pecado,  esclavo es del pecado.

¿Qué frutos produces? ¿En qué piensas más, en la carne o en el Espíritu?  No te engañes, de Dios nadie se burla.  Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa,  de esa misma naturaleza cosechará destrucción;  el que siembra para agradar al Espíritu,  del Espíritu cosechará vida eterna.

Quizás estás como Demas, quien amando el mundo, abandonó a Pablo y la obra del Señor.

Pero nuestro Señor es el Dios de nuevas oportunidades.  Ej. Marcos, el sobrino de Bernabé (Col 4:10) que abandonó el viaje misionero con Pablo y su tío. Después Pablo no quiso saber nada de Marcos, Pero Dios tenía otros planes, y después Pablo escribió que le era útil para el ministerio (2Ti 4:11).

Estás a tiempo para volver a experimentar esa libertad con la que Cristo te hizo libre.

 

Ya lo has escuchado, ahora te toca obedecer a Dios, o no. Yo he cumplido, Ez 33:30-33.

 

 

 

Libres por la promesa

Gálatas 4:21-31

Versículo 21

¿No han oído la ley?

Pablo se dirige a los judaizantes y a los gálatas que estaban aceptando la enseñanza de ellos.

Les quiere mostrar el desvarío de dejar la fe para volver a la ley.

Se dirige a quienes enseñaban y aceptaban la necesidad de guardar la ley y querían hacerlo. (1:6; 3:3; 4:11, 17)

Se había generado el deseo de hacerlo y si no se cortaba a tiempo, convertirían tarde o temprano el seseo en acción.

Los falsos maestros y falsos hermanos, seleccionaban de la ley lo que les convenía a sus propósitos, pero no prestaban atención a las lecciones que hay en ella.

Son dos cosas bien distintas estar bajo la ley y entender la ley.

Versículo 22

Los hijos de Abraham, de la esclava y de la libre.

Para los judaizantes la sólo los descendientes de Abraham tenían derechos al acceso a la gracia de Dios.

Pablo les recordaba que Abraham había tenido dos hijos y ambos eran descendientes de él:

Uno nacido de la esclava, Agar, y otro de la libre, Sara.

Era una práctica normal de las costumbres de ese tiempo entregar a la esclava para que concibiera (Gn. 30:3-13).

Era un esfuerzo humano el querer tener la promesa con su esclava (Gn 16:1-16; 17;18) y tenía la esperanza de que Dios lo aprobara.

Pero Dios tenía su plan a través del hijo de Sara, Isaac (Gn 21:2)

Dios tuvo en estas dos mujeres un ejemplo tipológico de las dos alianzas, la de las obras y la de la fe.

Debemos resaltar la inspiración verbal y plenaria de la Escritura cuando estamos ante ejemplo que dese el punto de vista humano no serían reconocibles como tipológicos.

Versículo 23

El esclavo nació según la carne; pero el libre por la promesa.

Recalcamos que Ismael fue engendrado por medio de los esfuerzos del hombre o por medio de la actividad propia del hombre.

Cuantos de nosotros hacemos los esfuerzos posibles para lograr algo y no entregamos en las manos de Dios para que Él haga según su voluntad.

El concebir a través de una esclava era una costumbre de esa época; pero no por eso tiene disculpa, ya que habían otras costumbres propias del mundo idolátrico que Abraham no practicaba.

Ese hijo es figura de lo que el hombre natural hace, su esfuerzo, las obras humanas, para lograr por sí mismo lo que sólo puede proceder de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es (Jn 3:6) Nacer de la carne significa nacer conforme al curso de la naturaleza.

En cambio Isaac nació en razón al cumplimiento de la promesa de Dios, sin ningún factor humano, (Ro. 4:19; He. 11:11-12) Fue un nacimiento sobrenatural, milagroso (Ro. 4:18)

Versículos 24

La Alegoría tipológica aplicada.

Pablo explica esta relación alegórica como una tipología, que representa una verdad que se desprende de sí misma.

Versículo 25

El monte Sinaí es el lugar donde se dio la ley, que conlleva a la esclavitud.

Versículo 26

La Jerusalén de arriba, el cielo, es libre. Nuestra esperanza ya no está en lo terrenal sino en lo celestial al monte de Sion (Jn. 14:2; He. 12:22; Ap. 3:12; 21;2, 10).

Jerusalén como nombre parece estar vinculado a la paz. En el mundo sólo existe inquietud y ausencia de paz. Cristo es nuestra paz y Dios prepara un lugar donde la paz será la forma natural de vida.

La Jerusalén de arriba está vinculada con el pacto de la promesa, pacto de gracia, donde no hay esclavitud ni maldición sobre sus hijos.

Versículo 27: (Isaías 54:1)

Todo esto es obra del Señor y no se produce por esfuerzo personal, ni corresponde al premio por las obras de la ley que el hombre pudiera haber hecho. Es el resultado de la gracia y la misericordia de Dios que lo hace posible.

Versículo 28: Somos hijos de la promesa.

El ser judío o gentil no tiene importancia alguna para alcanzar la promesa por el camino en que es alcanzable, el de la fe.

Versículo 29: EL esclavo persigue al libre.

El mundo de la carne, sea religioso o idólatra, persigue a los cristianos como consecuencia de lo que estos son. La libertad espiritual del creyente es envidiada por quienes no pueden alcanzarla por las obras legales y mucho menos por la pecaminosidad libertina.

Versículo 30: (Gn 21:10-12)

La ley y la gracia no pueden morar juntos, debe ser echada lo que corresponde a la esclavitud para poder gozar de la verdadera libertad.

Lo que Dios desea es que en la actual dispensación dejemos el judaísmo, la ley, las tradiciones religiosas que esclavizan y nos acojamos a la fe para participar en la libertad de las bendiciones de la promesa.

Versículo 31

Como resultado de la acción de la gracia y no de la obras de la ley, es que el creyente es libre, por tanto debe vivir en la libertad con que fue hecho libre y no permitir, bajo ningún concepto, caer en el legalismo escalvizante del que fue rescatado por la fe.

Conclusión

El creyente debe vivir en libertad porque es libre

La admirable obra de la gracia trae una eterna consecuencia para el creyente; Ser constituido hijo de Dios mediante la adopción. (Ga. 4:4-5; 1 P. 2:9)

La única forma posible de hacer conocer la condición de hijo de Dios, es mediante de la expresión en la vida del carácter del Padre  celestial. Especialmente el atributo del amor que hizo posible la redención y la adopción. A los creyentes se les llama a manifestar amor los unos hacia los otros (Jn. 13:34).

El legalismo es un peligro que no ha desaparecido, por tanto, el que vive en la libertad cristiana, debe estar desligado de tradiciones y cuestiones esclavizadoras que, sin base bíblica, enseñadas tradicionalmente como algo que debe hacerse, lo separan de la experiencia admirable de la libertad en Cristo, condición de todo hijo de Dios.

Las tradiciones impuestas como doctrina hacen iglesias tristes y motivan deserciones en aquellos que son incapaces de vivir en la esclavitud cuando han sido hechos libres.

Vivir en libertad nos trae verdadero gozo y nos lleva a demostrar el amor que Dios ha puesto en cada uno de nuestros corazones, cumpliendo de esta manera la ley, porque el cumplimento de la ley es el amor (Ro. 13:8-10).            

 

 

 

 

 

 

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